Inicios Recuerdo muy bien, a finales de los 80´s en la época del furor del rock en español en Colombia, mientras formaba mi primera banda de rock, la frase de un amigo de adolescencia que me dijo: «Como músico, vas a ser un fracasado». No puedo negarles, que aunque traté de pasar por alto esas palabras, esas «motivadoras» frases taladraron en mi cabeza y en mi corazón. Uno se hace el fuerte, pero como decimos, esas cosas «golpean duro», y más aún si vienen de aquellos que consideramos nuestros amigos. Después de varios años de estar en la música, de muchas pruebas, momentos alegres y tristes, y de ir y venir en diferentes etapas, hay momentos en los que me pregunto: ¿He fracasado? Definición Para hablar de fracaso y éxito hoy en día encontramos muchas definiciones, y muchas de ellas lamentablemente mal enfocadas. Alguien me enseñó que no todo lo que el mundo llama «éxito» realmente lo es, y lo que aprendí es que hay «éxitos fracasados» y «fracasos exitosos». El concepto de éxito está bastante distorsionado y la mayoría de las veces está enfocado en los deseos egoístas del hombre más que en cumplir un propósito dado por Dios. Esta es una primera entrada de blog y me emociona poder compartir contigo experiencias, enseñanzas y diferentes cosas que puedan servirte en tu ministerio. En todo este camino se suman logros, frustraciones, alegrías y otras no tan alegres, pero que en medio de todas ellas hemos visto la mano de Dios cumpliendo su propósito..
Claves para no ir al fracaso Seguridad del llamado. Sólo por medio de una constante relación con Dios, en oración y lectura de la palabra, podemos afirmar en nuestros corazones la convicción acerca de lo que Dios nos ha llamado a hacer. En diferentes etapas del camino surge la pregunta si hemos sido llamados o no, y viene una batalla a nuestro corazón. Pero cada vez que volvemos al lugar secreto con Dios, podemos escuchar su voz que nos guía con seguridad en el camino que debemos andar. Cuando Dios llama, Él pone en nosotros el talento, la gracia y confirma con evidencias que hemos sido escogidos para una tarea específica. Esto es clave porque al no tener la madurez para reconocer en nosotros el llamado, podemos perder el tiempo en cosas que no nos corresponden. Por medio de la palabra de Dios, la evidencia de talentos en nosotros, el reconocimiento de estos talentos por otras personas y tener una visión de parte de Dios, podemos identificar cuál es nuestro llamado.Obediencia a Dios En este punto lo que hago es preguntarme si estoy en la voluntad de Dios o no, y confrontar mi vida con lo que Dios ha dicho acerca de mi. ¿Qué ha dicho Dios? ¿Lo estoy cumpliendo? A Dios le agrada más la obediencia que los sacrificios. Nos equivocamos cuando pensamos que vamos a impresionar a Dios al hacer esto o aquello, cuando lo que Dios quiere de nosotros es tal vez que digamos «Señor, habla que tu siervo escucha» Un camino seguro al éxito es la obediencia.s.
Preparación. Cuando Dios pone delante de nosotros una visión, parece algo grande para nosotros y a veces creemos que no será posible lograrlo. Aprendí de un amigo músico una frase que llamó mi atención: «De la manera que trates la música (o tu talento), así ella te pagará a tí». Esto lo que finalmente quería decir es que si tomamos nuestro llamado y talento en serio, los frutos se verán reflejados de forma real y verdadera..
Servicio. La preparación y el estudio son fundamentales, pero poner en práctica lo que aprendemos es la otra parte necesaria para el crecimiento. No desaproveches la oportunidad para poner a prueba todo lo que estás aprendiendo. Es ahí, en medio de aciertos y desaciertos, donde se pule el talento y crecemos de una forma vertiginosa. Practica con todas las personas que tengas la oportunidad, ensaya, experimenta y haz lo que tengas a mano hacer. De nada sirve un cúmulo de conocimientos y entrenamientos, si no hay la oportunidad de llevarlos al campo de prueba. Rodearse de las personas correctas. Para lograr llegar al final de la meta, necesitamos juntarnos con las personas correctas, y esas personas influirán de manera notable en nuestra vida. Esto quiere decir que las personas con las que nos juntamos en un proyecto musical, grupo de trabajo, ensamble y etc, serán determinantes en el rumbo que tomará el barco. ¿Tienen la misma visión, los mismos valores y una cosmovisión en Dios? ¿Están dispuestos a invertir tiempo, dinero y muchas otras cosas en ese sueño? ¿Son sinceros y honestos? Los verdaderos amigos no siempre nos dicen lo que queremos escuchar sino que tendrán el valor de ayudarnos a reflexionar con respecto a nuestro rumbo. Los verdaderos amigos ayudan a cumplir el propósito de Dios. Habla con tus amigos acerca de las cosas que Dios te ha hablado y permite que en la multitud de consejeros tengas la sabiduría para avanzar..
Perseverancia. El camino no será fácil y ver los resultados esperados no será de forma inmediata. En muchas ocasiones me he desanimado cuando no veo los resultados en el tiempo que quiero, pero he entendido que los edificios fuertes necesitan buenas bases. Por lo general los resultados rápidos hacen parte de asuntos pasajeras, de cosas que son como hierba que crece en la mañana y en la tarde mueren, de cosas que no tendrán mucha duración. Pero si soñamos con ministerios que permanezcan, vamos a necesitar construir algo que tenga las bases sólidas para soportar los altos y bajos; y eso toma tiempo. Construir algo estable demandará perseverar y ser constante para que en su momento se pueda cosechar los frutos. No desmayemos, que a su tiempo vamos a recoger..
Sér feliz. Creo que debemos aprender a disfrutar cada parte del proceso. De nada nos sirve hacer grandes cosas si lo hacemos llenos de amargura, compitiendo, tratando mal a otras personas, y renegando de lo que hacemos. Creo que de ese modo sólo se llega a estar peor al final de cuentas. Una de las cosas que más he aprendido en este tiempo es a disfrutar cada momento, a dar gracias y reirme. Aunque hay ocasiones en las que el llanto hace parte de ser feliz.. No se qué sería mi vida hoy si hubiese prestado atención a las palabras «serás un fracasado», Pero lo único que sé es que yo tenía una pasíon grande por servir a Dios, no he dejado de prepararme y de buscarlo en oración y creo que su propósito se está cumpliendo en mí. Para muchos puede ser que no tenga el éxito que otros músicos tienen; las comparaciones duelen y hay momentos que me vengo abajo. Es justo en esos momentos en los que vuelvo a Dios y le pido que mi enfoque siga siendo vivir haciendo su voluntad, y no la mía. Al pensar en todas estas cosas llego a varias conclusiones acerca del éxito: En primer lugar, no se trata de mí éxito personal, se trata de hacer la voluntad de Dios; y me preocupo bastante si hay algo que se pueda estar desviando de ese propósito. Me esforzaré por darlo todo de mí en aquello para lo cual Dios me llamó. Me prepararé más y más en las áreas que corresponde y seré diligente en ello. Buscare rodearme de personas que me ayuden a ser mejor y que quieran asumir el reto de unirse al sueño de Dios. Perseveraré en Dios, buscando en oración mantener mi ánimo y no desmayar a pesar de las circunstancias. Seré feliz haciéndo lo que Dios me ha llamado a hacer. Reiré y lloraré.. Mi intención es decirte: No te desanimes; sigue adelante haciendo la voluntad de Dios y disfrutando cada momento en su presencia. Dios te bendiga Deja tu comentario….